jueves, 16 de septiembre de 2010

Argentina, Cuba y Estados Unidos: no tan distintos

El diputado Héctor Recalde, del Frente para la Victoria, tomó la iniciativa del siguiente proyecto: dictaminar que los dueños de las empresas compartan un porcentaje de sus utilidades con sus empleados. Puntualmente, un 10% de la utilidad anual. Este proyecto, que rápidamente recibió el apoyo público de Hugo Moyano y Néstor Kirchner, será presentado en el Congreso la próxima semana.

Por su parte, el presidente de la Unión Industrial Argentina, Héctor Méndez, rechazó la idea y declaró que la misma es otra prueba de que "Argentina se parece a Cuba", por supuesto empleando la comparación peyorativamente. No obstante, obvió que su implementación haría similar al país también con Estados Unidos, Alemania, México y Brasil, tal como le recordó oportunamente Alfredo Zaiat. Oscar Aguad, jefe del bloque de diputados de la Unión Cívica Radical, también criticó negativamente al proyecto: "Es voluntarista, rídiculo y espantará a las inversiones". En cambio, su par pero del Frente para la Victoria, Agustín Rossi, adelantó que el bloque que lidera acompañará la iniciativa.

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La lluvia golpeaba suavemente el auto de mi papá, mientras él me llevaba del trabajo hacia mi casa, el viernes pasado. Como es habitual en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, sobre todo en la zona central, el viaje era apto sólo para gente paciente, como nosotros. De repente, él, que conoce de si simpatía por nuestra presidente y nuestro anterior ex presidente, Cristina Fernández de Kirchner y Néstor Kirchner respectivamente, me preguntó indignado, incrédulo cómo podía apoyarlos si no paran de hacer locuras, por ejemplo ahora avalando "la idea de Moyano" de que los empleados tengan acceso a los balances de las empresas para las que trabajan e incluso participen de las utilidades de las mismas. Yo, que todavía no estaba enterado del proyecto de Recalde, escuché las protestas de mi papá y, de inmediato, mi abatida salida del trabajo, después de toda una semana, y mi frustrante viaje, más otra repetida suma de quejas sobre los políticos que estimo, quedaron olvidados por completo: imaginarme leyendo los balances de la empresa para la que trabajo, contando cuánto ganaría a fin de año, cuánto ganarían mis compañeros, imaginando que al fin no sólo los jefes, los dueños serían los que se repartan la torta más grande me hizo feliz, pero no por el dinero en sí sino por la posibilidad de justicia, de la tan mencionada distribución de la riqueza, de la igualdad, del achicamiento de las barreras, del tiro para el lado de los siempre subyugados; cientos, miles, millones de empleados en Argentina disfrutando de la llegada de fin de año, recibiendo una parte de la utilidad que consiguió la empresa, por supuesto gracias al trabajo realizado día a día, al fin recompensado con algunas creces.

Le pregunté a mi papá por qué estaba mal que los empleados reciban un porcentaje de la ganancia anual de la empresa para la que trabajan. Me respondió que porque los empleadores son los que invierten, los que corren riesgos y, en tanto, los que deben ganar; los empleados, en cambio, trabajan por un sueldo a cambio, no por la ganancia como sí hacen los jefes que son los que o ganan o pierden. Le puse un ejemplo: si la empresa a fin de año gana U$S 100.000, ¿te parecería mal que le dé a sus empleados para repartir entre ellos unos U$S 10.000, por ejemplo? ¿Te parece que no sería justo eso, que no sería bueno, que no sería positivo incluso, a fin de cuentas, para la empresa que dirigen, al tener a su plantilla de empleados felices con apenas una pequeña parte de todo lo que ganan? Es decir, en ese caso puntual, en vez de U$S 100.000 ganarían U$S 90.000. Me dijo, ahora, que está bien, que sí sería justo, que sí sería bueno pero eso debe poder ser elegido por cada empresario y no dictaminado por el gobierno; el gobierno no debe obligar a los empresarios a nada. Le contesté que lo justo no debe ser sugerido: el Estado debe impartir justicia. Me respondió que eso no era justicia; eso, más bien, era demagogia; era ser justo con el bolsillo ajeno.

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El proyecto, según se amplió luego de que salió a la luz primariamente, está ideado en principio para empresas que tienen más de trescientos empleados o para empresas que cuentan con pocos empleados pero tienen grandes ganancias por el uso de alta tecnología en reemplazo de mano humana. Recalde declaró, al respecto de las críticas negativas recibidas, que no se trata de "una ley anti empresa sino que va a beneficiar a las empresas: si el trabajador tiene un incentivo para que la empresa gane, va a querer que gane la empresa. Si yo voy a participar de las ganancias, ¿cómo no voy a querer que la empresa gane? Es sentido común". Por su parte, Kirchner agregó: "La ortodoxia neoliberal dice que hay que dar premios por productividad. Pero tienen que tranquilizarse, señores de la Unión Industrial Argentina, y sentarse a discutir con sinceridad. Les pido que la Argentina avance hacia 1974, cuando la torta era 50% para empresas y 50% para los trabajadores, una distribución equitativa y justa".

4 comentarios:

Ing. Jean Chichè dijo...

Ing. Jean Chichè

Al compañero de lucha Kluivert, lo felicito por sus ideas tan claras y el objetivo primordial siempre presente.

Definitivamente con usted, la búsqueda de sabiduría en tiempos de poca razón y materialismo es una realidad.

Le mando un abrazo social-demócrata

Flake dijo...

Que grande Néstor y Cristina apoyando el proyecto nacional y popular! Adelante compañeros!

kika dijo...

como proyecto me parece fantástico. Lástima que ya le perdí el respeto hasta a Recalde (ni hablemos de Moyano) por mi experiencia personal. Cuando los tuve enfrente me rendí ante la evidencia: O te unís a ellos (vendiéndote) o te hunden. Negociar con el chumbo sobre el escritorio no es muy democrático, y recibir cheques por miles de pesos de los sindicatos en concepto de "asesoriamiento" (léase impulsar o frenar un proyecto según sople el viento eleccionario) tampoco. heme aquí, al menos viva.

querido Klui, espero que nunca, jamás de los jamases, tengas que vivir la política partidaria y sindical de este país desde adentro, a menos que elijas hacerlo.
say no more.
abrazo

lowfirocker dijo...

Totalmente de acuerdo con tu post, querido Agosto. Me reconforta que estemos en sintonía, incluso en las discusiones con nuestros viejos!!