lunes, 27 de septiembre de 2010

Caballerosidad o, al menos, piedad

La mayoría de los trabajadores que regresan a su casa viajando en colectivo, por supuesto, lucen cansados. Y el viaje se hace más confortable y la fatiga de la jornada pesa menos si consiguen un asiento en el transporte. Sin embargo, no alcanzan las butacas para todos y algunos, desafortunados, deben ir de pie. Una mujer, de menos de treinta años, evidentemente agotada, se encontró dentro del grupo de los que debían viajar parados, pero de repente no pudo más con su cansancio y se sentó en el piso del colectivo, entre las piernas de la gente. A su lado, bien cerca, un muchacho, de la misma edad, iba sentado y contento, escuchando música. No consideró, él, cederle su lugar a la mujer; si lo evaluó, llegó a la conclusión de seguir cómodo y feliz. Ella en ningún momento pretendió un asiento, no hizo ningún comentario ni ademán; simplemente se sentó en el suelo y ya. Tal vez sea inocente solicitar caballerosidad a esta altura del siglo pero, al menos, piedad, señores.

5 comentarios:

Pichi dijo...

Mi viejo una vez, viajando conmigo, le cedió el asiento a una señora que era incluso, a simple vista, algo menor que el. Ella se mostró agradecida y mi viejo nos dijo, a mi para informarme y a ella para buscar consenso, que "por favor, un placer, acaso no era así antes? no se le daba el asiento a una mujer, tuviera 18, 35, 50 o 70 años?" y ella afirmó que si, pero que los tiempos cambiaron, y hoy hasta a un anciano se lo pijotean.
Por otro lado las mujeres también están más jodidas, y si se lo das a una joven se comen que te las querés levantar, a una de 40-50 imposible, te miran para el culo como que las tratás de viejas y te niegan (me pasó asi que nunca más)... se complica la caballerosidad cuando hay una actitud asi del otro lado también.

Lo que no quita lo de este caso, una larva el chabón.

Murdock dijo...

pero la mina estaba buena?

:D

Samuel Cherquis dijo...

Lo que se puede hacer es levantarse e irse lejos del asiento, sin denotar que se está cediendo el asiento. La gente es más atenta al hacerse de algo que no tenía (pasar de parado a sentado) que para dejar algo que ya tiene (pasar de sentado a parado), así que es probable que el asiento libre le caiga a quien más lo precisa.

Por supuesto que nadie se va a dar cuenta de que uno tuvo un buen gesto, y, como siempre, es más complicado hacer algo bueno si nadie lo va a notar.

Kluivert dijo...

Pichi, efectivamente, cuando yo era un pequeño grumete le daba el asiento a todas las mujeres, porque así me lo habían enseñado. Niños y mujeres primero, ya lo dicen los capitanes (?)

Don Samuel, a mí me cuesta más hacer algo bueno de ese tipo visiblemente que pasando desapercibido, no sé por qué, me da vergüenza en un punto.

Murdock, era una mujer muy simpática (?)

Murdock dijo...

Lo que dice Samuel es verdad. A mí me da un poco de bronca que luego de cederle el asiento la persona beneficiada no te dice ni gracias. Por ahi suena mal lo que digo pero, no es que te doy el asiento para tener una recompensa, lo q busco es solo un "gracias" que me enriquezca el alma (?).